Mirabous caféRealized

When the visitor approaches the place, the vision of the estuary, with its sea of changing tonalities, completely captures their attention. Despite the barrier posed by the road and the difference in elevation between it and sea level, the felt perception is that of being surrounded by sea.

The intervention in the premises seeks to maintain and even reinforce this perception through two actions: focusing this vision with a central perspective and surrounding the visitor with an abstract interpretation of the seascape.

In this way, the cafeteria opens completely towards the views and a viewpoint is created over them.

The distribution of the space allows us to maintain that vision from the entire premises, placing ourselves through the sensitive perception in the territory.

But also, and through rational perception, we geolocate ourselves again. A seascape has been created by abstracting two characteristic elements in two perpendicular planes. On the one hand, the waves and their profile of ridges and valleys, represented on the vertical walls and on the furniture as if it were a representation of a sea in a puppet theater. On the other hand, the clouds that cross the sky, with the light of the rays that define their contour, located on the horizontal face of the ceiling.

The change of pavement synthesizes the gray of the Galician sea on rainy days in its contact with the shore.

The pillars and beams that mediate between both planes have been stripped, seeking to contrast their roughness with the smooth grain of the floors and furniture, almost dematerializing them in the box that defines the interior of the premises.

The hallway becomes especially relevant as a passage space between sensory and rational perception that is sought in the project. For this reason, the physical limit between interior and exterior is set back, creating an area where both conceptions are perceived thanks to its transparency and it is given its own entity by covering the existing facade with a black aluminum skin. Small winks are created, such as the use of an amber light, similar to that of the sunsets enjoyed on the Galician coast.

The graphic image of the same has not been neglected in the proposal, acting on logos, letters and signage, taking advantage of the strength of the generating idea in the conception of said graphic image.

Cuando el visitante se aproxima al local, la visión de la ría, con su mar de tonalidades cambiantes, copa por completo su atención. Pese a la barrera que supone la carretera y la diferencia de cota entre la misma y el nivel del mar, la percepción sentida es la de encontrarse rodeado de mar.

La intervención en el local busca mantener e incluso reforzar esa percepción a través de dos acciones: enfocar con una perspectiva central dicha visión y rodear al visitante con una interpretación abstracta del paisaje marino.

De esta forma se abre por completo la cafetería hacia las vistas y se crea un mirador sobre las mismas.

La distribución del espacio permite mantener esa visión desde todo el local, situándonos a través de la percepción sensitiva en el territorio.

Pero también, y a través de la percepción racional, nos volvemos a geolocalizar. Se ha creado un paisaje marino abstrayendo dos elementos característicos en dos planos perpendiculares. Por un lado, las olas y su perfil de crestas y valles, representadas en los paramentos verticales y en el mobiliario como si de una representación de un mar en un teatro de marionetas se tratase. Por otro lado, las nubes que surcan el cielo, con la luz de los rayos que delimitan su contorno, situadas en el paramento horizontal del techo.

El cambio de pavimento sintetiza el gris del mar gallego en los días lluviosos en su contacto con la orilla.

Los pilares y vigas que median entre ambos planos se han desnudado, buscando contrastar su rugosidad con el grano suave de pavimentos y mobiliario, casi desmaterializándolos en la caja que delimita el interior del local.

El zaguán pasa a cobrar especial relevancia como espacio de paso entre la percepción sensorial y la racional que se busca en el proyecto. Por ello se retranquea el límite físico entre interior y exterior, creando una zona donde se perciben ambas concepciones gracias a la transparencia del mismo y se le da una entidad propia recubriendo la fachada existente con una piel de aluminio negro. Se crean pequeños guiños, como el empleo de una luz ámbar, similar al de los atardeceres que se disfrutan en la costa gallega.

No se ha descuidado en la propuesta la imagen gráfica de la misma, actuando en logos, carta y señalética, aprovechando la fuerza de la idea generadora en la concepción de dicha imagen gráfica.